Dicen que si ilusionas a un adulto se convierte en niño, pero que si ilusionas a un niño, moverá el mundo.
Pues así, cada martes, con más ilusión si cabe, recibimos... la
CESTA DE LAS ESTACIONES.
Momento en el que dejamos volar nuestra imaginación, y nuestros sentidos se llenan de ganas por conocer. Momento en el que somos capaces de escuchar bajo un silencio riguroso. Momento en el que nuestros ojos son capaces de mirar más allá del pañito que cubre la nueva fruta. Momento en el que nuestras manos se convierten en un gran valioso instrumento para darnos muuucha información. Momento en el que se agudiza nuestro olfato y somos capaces de percibir características que nunca antes, por más que hubiésemos visto y probado la fruta que llega al aula, habíamos diferenciado.
Pues así, de la mano de CLHOE y CELIA probamos las PERAS.
Y de la mano de MATEO y VERA, el MELÓN.
¡Qué rico estaba todo!
Una semana más, ¡GRACIAS FAMILIAS!
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